Estoy sentado en la costa del Secreto Con esta luna que tal vez sea la misma con estas piedras que tengo entre los dedos runas perdidas por algún oráculo cuarzos que mandó el misterio Donaré una mano, cuando las devuelva al extraño hilo que teje este mar. Para enhebrar nenúfares con luces iguales para distintos cuerpos Recibo soplos de cantos Caricias de antiguas flautas Obedezco Me entrego al callado grito del acertijo que sólo repite el silencio